Pensar en términos de sistemas aporta una valiosa conexión entre Golf y el Management. Un excelente “Swing” exige una concienzuda preparación, adaptación al “Feedback” y fluidez de movimientos. ¿Acaso no se parece mucho a conducir una compleja organización de negocios?
Existe una conexión directa y profunda entre el golf y el management. Que se advierte de inmediato si se aplica, a ambos, el pensamiento sistémico. Porque el golf, como juego, nos desafía continuamente a mejorar el rendimiento de un sistema complejo (el cuerpo humano), mediante la concertación y la practica de rutinas estrictas.
Una ves, un Golfista profesional muy famoso, dijo “a mi juicio, una gran jugador se detecta por dos imágenes precisas: técnica apropiada y fluidez en los movimientos. Sin la primera, la segunda es imposible de lograr”. Este es el motivo por el cual el proceso que lleva a cabo un golfista, al jugar a tratar de mejorar la performance de una organización. Ambos enfrentan el desafió de perfeccionar el rendimiento de sistemas que, por su complejidad, resultan difíciles de entender en detalle y cuyas peculiaridades son, en todo caso, inaccesibles en tiempo real.
El golf constituye una experiencia de primera mano para las dificultades que implica el cambio organizacional, y demuestra la enorme brecha entre las buenas ideas y la acción eficaz. Muestra que una técnica sólida, convertida en habito, puede facilitar la fluidez característica del desempeño experto en toda clase de ambientes complejos: desde el cuerpo humano hasta los equipos, las comunidades y las corporaciones. El golf también explica un dilema básico de management: la inutilidad de la practica sin un “Feedback” (retroalimentación) oportuno y especifico.
Existe una conexión directa y profunda entre el golf y el management. Que se advierte de inmediato si se aplica, a ambos, el pensamiento sistémico. Porque el golf, como juego, nos desafía continuamente a mejorar el rendimiento de un sistema complejo (el cuerpo humano), mediante la concertación y la practica de rutinas estrictas.
Una ves, un Golfista profesional muy famoso, dijo “a mi juicio, una gran jugador se detecta por dos imágenes precisas: técnica apropiada y fluidez en los movimientos. Sin la primera, la segunda es imposible de lograr”. Este es el motivo por el cual el proceso que lleva a cabo un golfista, al jugar a tratar de mejorar la performance de una organización. Ambos enfrentan el desafió de perfeccionar el rendimiento de sistemas que, por su complejidad, resultan difíciles de entender en detalle y cuyas peculiaridades son, en todo caso, inaccesibles en tiempo real.
El golf constituye una experiencia de primera mano para las dificultades que implica el cambio organizacional, y demuestra la enorme brecha entre las buenas ideas y la acción eficaz. Muestra que una técnica sólida, convertida en habito, puede facilitar la fluidez característica del desempeño experto en toda clase de ambientes complejos: desde el cuerpo humano hasta los equipos, las comunidades y las corporaciones. El golf también explica un dilema básico de management: la inutilidad de la practica sin un “Feedback” (retroalimentación) oportuno y especifico.
Publicado por David K. Hurst./Gestion/Strategy+Business
4 comentarios:
Hola como estas? te cuento qeu estoy estudiando Lic en administracion y esta buneo lo que publicaste si no te molesta lo voy a llevar para comentarlo en clases! saludos!
Saludos.
muro jaja sos un capo con pocho la pantera jaj
Seba Lorenzo
www.sebalorenzo.com.ar
Hola, te invito a visitar la Republica Amarilla. Saludos.
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