miércoles, 2 de mayo de 2007

LA ETICA Y EL TRABAJO PROFESIONAL


Cada persona es protagonista de su propia vida y, por lo tanto, de su existencia moral. Teniendo en cuenta un conjunto de ideas, valores y criterios, toma determinadas decisiones y enjuicia el comportamiento de los demás. La Ética pretende esclarecer filosóficamente la esencia de la vida moral, con el propósito de formular normas y criterios de juicio que puedan constituir una valida orientación en el ejercicio responsable de la libertad personal.
La Ética es la parte de la filosofía que estudia la vida moral del hombre. Se centra en una dimensión particular dentro de la realidad humana: el comportamiento libre de la persona y, por ende, su conducta responsable.

Para comprender el trasfondo Ético fúndante en todo que hacer profesional, primero conviene analizar que se entiende por profesión.
Profesión es toda actividad personal, estable y honrada puesta al servicio de los demás y en beneficio de uno mismo, a impulsos de la propia vocación y con la dignidad que corresponde a la persona humana, con el fin de contribuir al bien común. La profesión hunde su raíces en lo mas profundo del hombre: tiene una dimensión vocacional ya que “se nació” para desempeñar esa determinada ocupación.
La profesión tiene una marcada vocación de servicio, es el aporte personal mas decisivo a la vida social. Si no se tiene como fin contribuir al bien común, fácilmente se vera en esa tarea un medio de autoafirmación personal, desvinculado de las necesidades de los demás corriendo el riesgo de acabar colocando el trabajo al servicio del propio egoísmo.
El trabajo y la profesión son acciones humanas, y por lo tanto, tienen una dimensión subjetiva que consiste en el dominio del hombre sobre si mismo, es decir, la perfección que èl adquiere en el propio acto de trabajar. Las dos dimensiones de trabajo son la Técnica y la Ética, mediante la primera el hombre domina la naturaleza y con la segunda, alcanza el señorío sobre si mismo. Estas dos realidades son aspectos de una misma acción humana.

Un profesional ha de poseer calidad técnica y calidad humana: no hay verdadera excelencia profesional en alguien carente de virtudes morales. Una persona corrompida puede ser “experta” en ciertos temas, habilidosa en una técnica u oportunista a la hora de descubrir ocasiones de negocios, pero puede no ser un autentico profesional. De el de espera no solo competencia técnica, sino también que sea confiable y responsable, que tenga espíritu de servicios y calidad humana. En definitiva, se le reclaman valores Éticos.
La moralidad tiene un carácter integrador, requiere efectivamente la competencia profesional, pero supone, además, que sea bueno éticamente –como persona- en distintos aspectos de su vida.

En definitiva, se requieren profesionales que sepan poner todos sus conocimientos científicos al servicio de la persona y del bien común de la sociedad.




Principios y Fundamentos de la Etica

4 comentarios:

Unknown dijo...

Muchas gracias por el artículo. Muy interesante y es muy cierto de que sirve tener muchisimos conocimientos si estos no van acompados de esa gran virtud que es ser etico?

Muriel dijo...

interesante lo k escribió me ayudó en mi tarea..graxias!!!

Carlos Francisco Solanes RIvas dijo...

hace pensar... que talvez no entendi tan bien como yo creia la lectura...

Mistica Surrealista dijo...

TRABAJAR NOS DIGNIFICA!!